Hermana mía, amiga y socia de la vida. No te pondré limitados comentarios de protocolo por tu cumpleaños, el día de hoy. Tampoco realizaré una extensa alegoría de los sentimientos que a uno lo embargan cuando está en el lado más postrero de la vida y existen personas como tú que asisten, incondicionalmente, a su hermano.
Pienso que es la actitud que hemos llevado, la que nos ha traído hasta acá para pensar en un mundo diferente. Aunque se está cayendo a pedazos el mundanal, las cosas por una parte son fabulosas y justas. El haber adoptado un equilibrio entre nosotros, impecable y sincero lo agradezco y pienso que ha de ser escrito, para que conforme los registros de los humanos y no se borre por lo que pueda venir más adelante.
Podría haber otros escenarios, circunstancias y estados; no obstante, esto es la realidad. Un país pequeño, con un gran potencial y en su interior personas que pueden ser potencias para con las uniones y también las separaciones. Siendo una estrategia divina que tú fueras mi hermana y transitáramos por estos tiempos y en tales circunstancias.
Estamos en la era de las Redes Sociales Digitales (RSD) Nuestros pensamientos, relatos y comentarios los podemos impactar en la esencia digital de otro y así logramos que muchos sepan lo que sentimos y también pensamos. Siendo así, es que no me limito para contigo María Francisca Quijada Olguín, ya que tú has de sentirte plena en este día, en este tiempo y en este mundo.
Atte.
Héctor Samuel Quijada Olguín
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